Dilema del prisionero moderno

Hace como un año escribí un artículo sobre el dilema del prisionero aplicado a la realidad nacional, me pareció una manera interesante de explicar porque, en esa época, yo defendia la necesidad de un Pacto Nacional, de un acuerdo entre las partes en conflicto que nos permitan a todos avanzar juntos. Finalmente el pacto se dio, no quizás como yo me lo hubiese imaginado, pero se dio. No se si se volverá a la situación que el dilema explica o no, puesto que el dilema que yo plantee hablaba de dos actores en particular y el pacto que finalmente se dio fue con otros actores que mi análisis no contemplaba. El tiempo dirá si volveremos a esa situación de suma cero, o si realmente la estrategia de unos funciono mucho mejor que los del otro y, finalmente, logro borrarlos del mapa o separarse del mapa.

Aquel artículo que escribí tuvo muy buenas repercusiones (que no quiere decir que sea un buen articulo), pero creo que no se entendió bien, puesto que he escuchado a cierto diputado suplente convertido en titular por su destino (o por arreglo) repetir en varios lugares este análisis de la teoría de juego, sin haberlo entendido bien. Incluso llegó a planteármelo a mi personalmente como una alternativa, sin ni siquiera entender el concepto de pacto.